lunes, 29 de marzo de 2010

Faltas ortográficas







el humo perezoso de tu cigarro planea sobre nuestras cabezas, para esto yo ya había terminado de hablar lo que con pocos ánimos anduve ensayando. Yo posaba mi cabeza en tus dos piernas, dolorosamente juntas. Primero se acabaron las empanadas, luego el maní crocante, tomaste dos sorbos de agua, yo solo uno; la jamonada y las galletitas serían una buena excusa para largar por un momento al perro.
Y ahí estaba yo, mirando desde lo más bajo tu mentón, -¿qué vamos a hacer?- te dije- ¿o crees que solo esto será mi problema? Para esto yo no me enteraba aún de lo extrañamente ido que te pone el humo del cigarro, lo aspirabas zumbando y lo botabas con los ojos cerrados como esas flores que con solo el viento descascaran sus frágiles clavos blancos,, yo miraba la masa de humo como una nube de moscas, de moscas asquerosas que me alucinaban a que algo dentro de mi podría llegar a podrirse, algo que hasta ese momento no sabía si querías.
Me habría quedado colgada cerca de 40 minutos, un trozo del humo de moscas pudo haberse dejado aspirar por los hoyos profundos de mi nariz( es sólo una hipótesis), así me quede dormida, escuchando el zumba- sopla, zumba-sopla del cigarro amenazante y tu habías puesto tiernamente una almohada sustituta de tus piernas, dejaste el cigarro encendido y corroboré en el calendario los 28 bien contados días y la masa de humo se estaba debilitando.
Para esto yo ya había descubierto lo inaccesible que te pone el fumar un cigarro, inspeccioné todos los hoyos de mi cuerpo, en eso la sangre pintaba la pared ( como si haber puesto el cigarro, el calendario, la probetita de plástico y un tanto de chucherías más cerca de mí, no me dejara fijar mirada en el detalle de la pared, por que para eso tu sabías que en lo ultimo en que yo me fijaba era en lo más probable supuesto y mentado por la madre ). "Me voy a esperar el tsumani" dibujaste .Yo me sentía esos cachorros cuyos dueños los pasean sin cadenas y los dejan olfatear todo lo que quieran mientras que el amo de turno avanza sin avisar.
Y yo y nuestro nuevo yo ladrando un "esperame".


en al esperanza de la lectura de luis bocelli, julián sarah y paquita la del barrio